São Domingos y su belleza natural marcada por la historia, la cultura y los sabores
Hablar de São Domingos es también hablar de las pequeñas vegetaciones verdes diseminadas por el municipio. Y las zonas de Água de Gato, João Garrido, Rui Vaz y Achada Baleia son las que tienen los paisajes más sugerentes para el ocio y el descanso, precisamente porque se practica mucho la agricultura y la plantación de árboles frutales.
El Ecocentro también es uno de esos lugares que ofrecen una conexión natural y directa con la naturaleza. Situado en pleno centro de São Domingos, este espacio verde ofrece un atractivo entorno con diversos tipos de plantas, incluidas muchas endémicas conservadas por los propietarios del espacio, proporcionando así un ambiente agradable y el aire fresco característico de los espacios rurales, además de atraer a los animales.
Para obtener información sobre la fauna y flora del municipio de São Domingos, Charles Darwin estuvo en Cabo Verde, en este caso en São Domingos en 1832, durante su famoso viaje a bordo del HMS Beagle, que marcó un punto crucial en su viaje de descubrimiento y en la formación de su teoría de la evolución.
Aunque fue una breve escala de sólo unos días, la experiencia de Darwin en Santo Domingo tuvo un impacto significativo en sus observaciones y reflexiones sobre el mundo natural.
La pasta de maíz y la producción de agua ardiente
Más que de lugares y personas, no podemos dejar de hablar del famoso pastel de maíz de São Domingos. Este tipo de bocadillo salado es prácticamente la postal de São Domingos. Muchas personas elaboran este tipo de pastel, pero el más conocido es el pastel de maíz “de Titina”, una de las vendedoras más antiguas de la ciudad.
Así que si te gusta un buen tentempié salado, una parada en São Domingos es más que obligatoria. De hecho, prácticamente todos los días, tanto la gente corriente como los turistas, emigrantes, estudiantes y conductores, no pueden resistirse a hacer una breve parada para comprar este pastel del que tanto se habla.
Al mismo tiempo, no podemos dejar de mencionar la zona de Água de gato, que también se encuentra en São Domingos y es el mayor punto de producción de agua ardiente y sus derivados del municipio. Sólo en este lugar hay aproximadamente 7 hornos.
Otro dato curioso de esta zona es que allí hay 3 pozos de agua, mientras que en el municipio hay unos 6 (o un poco más) puntos naturales de agua o sondeos que abastecen prácticamente a todo el municipio durante todo el año.
Cerámica, fútbol y legado musical
Desde 1983, la ciudad de São Domingos se caracteriza por su trabajo en cerámica. Y durante años, muchos turistas hacían breves paradas en el municipio para ver y apreciar este tipo de obras. Hoy, aunque la dinámica no es la misma, todavía puedes visitar el espacio donde se producen estas obras e incluso comprar algo como recuerdo de la ciudad.
En cuanto al fútbol, tenemos al conocido Rubón, una de las mejores puntas de lanza de Cabo Verde en los años 90. Desde entonces, la pasión de los jóvenes por el fútbol no ha hecho más que crecer, y muchos de ellos han jugado mucho al fútbol en este municipio, especialmente en torneos de fútbol interzonales.
En términos musicales, los rostros de São Domingos son el fallecido cantante Ano Nobu e Intony Dente d’Ouro. La primera destaca por sus mornas y la segunda por su batuque. Y Ano Nobu, aunque nunca grabó ninguna de sus composiciones musicales, sus letras fueron interpretadas por algunos cantantes de renombre como Ildo Lobo, Bana y Mário Lúcio, con los respectivos nombres musicales: camarada pepe lope, linda y ta pinga txapu txapu – canciones que siguen siendo muy populares entre los aficionados a la música brasileña.
Del mismo modo, tenemos al cantante Codê di Dona, uno de los mayores exponentes del funaná, que también es uno de los rostros de São Domingos, ya que nació en este municipio, concretamente en la zona de Chaminé, que también es un hermoso lugar para visitar y explorar.
En el plano cultural, la gran referencia es Manu Mendi, que fue constructor e intérprete de la cimboa, instrumento que se ha convertido en símbolo de la identidad caboverdiana. Aunque muy poco utilizado hoy en día, Manu Mendi fue quien contribuyó a la conservación y difusión de este instrumento, que se utiliza sobre todo en batuque, y recientemente en otros géneros musicales, precisamente por su ritmo único y sus melodías distintivas.