¿Quieres vivir en un país africano libre y con estabilidad política?
Cabo Verde es una república democrática semipresidencialista, con el poder político dividido entre el Presidente de la República, el Primer Ministro y la Asamblea Nacional.
El Jefe del Estado es responsable del protocolo y de la representación internacional. Son elegidos por sufragio universal directo para un mandato de cinco años, renovable por un nuevo mandato.
El Primer Ministro, jefe del gobierno, es responsable de la administración del país y de la aplicación de las políticas públicas. Es nombrado por el Presidente de la República, previa consulta a los partidos con escaños parlamentarios, y debe contar con el apoyo de la mayoría de la Asamblea Nacional. Su mandato es de cinco años.
La Asamblea Nacional, por su parte, es un órgano legislativo unicameral compuesto por 72 diputados elegidos por sufragio universal directo para un mandato de cinco años, renovable una legislatura más. Se encarga de elaborar las leyes y controlar la acción del gobierno.
Estabilidad política
Cabo Verde se considera un país políticamente estable, con elecciones libres y justas celebradas con regularidad. Desde la independencia en 1975, el país ha tenido cinco presidentes y seis primeros ministros, todos ellos elegidos democráticamente.
En cuanto al sistema multipartidista, Cabo Verde tiene un sistema multipartidista con varios partidos políticos que concurren a las elecciones. Y la sociedad civil caboverdiana es muy activa y participa en la vida política del país a través de diversas organizaciones, pero desde hace algunos años muchos han optado por no votar.
A pesar de la estabilidad política, Cabo Verde sigue afrontando algunos retos, como la pobreza, el desempleo y la corrupción, que, en comparación con otros países africanos, no es muy pronunciada.
A pesar de todo, los políticos caboverdianos, incluidos el presidente de la república y el primer ministro, son gente amable, algunos de los cuales pasean por las calles de la capital y saludan a la gente con normalidad.
Algunos políticos incluso van a la panadería o a otros lugares como la gente normal, algunos incluso sin guardaespaldas, lo que para muchos que no son del país es motivo de gran admiración, y a menudo se les apoda “humildes”. Algunos incluso aceptan hacerse fotos con la gente sin ningún problema.
Hay tanta apertura en el país que incluso en las redes sociales la gente critica cosas o incluso hace bromas y no hay represalias, aunque no sea algo serio. Se lo toman casi todo con calma.
Una situación insólita que ocurrió hace menos de un mes fue cuando el Presidente de la República participó en un podcast caboverdiano llamado “PODFLA”. El responsable del podcast es una persona algo conocida que vive en un barrio sencillo de la capital. Y el presidente fue al barrio donde se encuentra el estudio y grabó el podcast con toda tranquilidad.
Entre sonrisas, risas y mucha simpatía, el presidente de la república se mostró como un amigo del pueblo y una persona normal como todos los demás, a pesar de llevar “puesto” el manto de jefe de Estado desde hace tiempo.
En general, Cabo Verde es un buen país para quienes gustan de un país verdaderamente libre y con estabilidad política.